sábado, 8 de diciembre de 2012

Las universidades podrán acordar pruebas de acceso conjuntas


La reforma educativa eliminará la Selectividad. Esta será sustituida por una reválida al final del bachillerato (si esta no se aprueba, ni se consigue el título ni se puede acceder a una carrera) y por las pruebas y los mecanismos de acceso que determine, si quiere, cada universidad para cada una de sus titulaciones. Se trata exactamente del mismo proceso que instauró la ley educativa aprobada hace una década por el Ejecutivo popular de José María Aznar , pero que no llegó a entrar en vigor.

El modelo introduce algunos cambios. Dice que las “evaluaciones específicas de conocimientos y/o de competencias” se establecerán “de forma excepcional”, y se añade que las universidades “podrán acordar la realización conjunta de todo o parte de los procedimientos de admisión que establezcan, así como el reconocimiento mutuo de los resultados de las valoraciones realizadas en los procedimientos de admisión”.

Pero la gran preocupación son esas “evaluaciones específicas” por la posible acumulación en muy poco tiempo de pruebas, entrevistas o exámenes a sumar a la reválida. La ley dice ahora que serán excepcionales, el problema es hasta qué punto las universidades harán uso de esa excepcionalidad. Si las universidades deciden no aplicar ningún tipo de proceso de acceso a alguna titulación, lo que contará es la calificación final de bachillerato: la nota la reválida contará un 40% y la media de todas las asignaturas de bachillerato el otro 60%.

Los alumnos que no aprueben la reválida tendrán cerrado el acceso a la Universidad pero podrán empezar un título de FP de grado superior. Y una vez titulados en uno de estos ciclos, podrán acceder a la Universidad. Pero, en este caso, la ley dice que estos alumnos tendrán que pasar obligatoriamente por un proceso de admisión (ahora, el título de FP les da acceso directo). Ese proceso lo fijarán las universidades a partir de las normas mínimas que fije el Gobierno y que también tendrán que ver con las notas y el currículo previo y también podrán contemplar “excepcionalmente” esas “evaluaciones específicas”.
                     
                       
Desaparece la selectividad .... pero se pone una reválida al final de Bachillerato y, además, cada Universidad podrá definir las pruebas de acceso que considere oportunas (??). Resultado: más exámenes, más confusión, más incertidumbre, más nervios y más trabajo para alumnos y profesores. ¿Por qué cada reforma educativa tira abajo lo anterior y empeora la situación de todos los implicados? 



María Giles.

2 comentarios:

  1. La educación en España es muy deficiente, pero parece que en vez de fijar un sistema de una vez por todas, lo que mola es marear la perdiz cambiando esto por aquí, aquello otro por allá para acabar cargándosela del todo.

    Me parece que lo de la reválida es un error garrafal. Estando totalmente de acuerdo contigo sólo significarían más exámenes, menos alumnos con la posibilidad de entrar en la Universidad, que unido a la subida de las tasas lo que parece es que quieren que cada vez entre menos alumnos. Todo muy lógico, más fácil dominar a un pueblo tonto

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  2. Desde mi punto de vista, la supresión de la Selectividad es un gran error. En mi opinión, la Selectividad actual es una prueba que une a todos los estudiantes procedentes de distintos institutos y mide el nivel de cada uno de ellos por IGUAL, independientemente de donde procedan.
    Pero tal y como dice Clara, la educación en España es muy deficiente y tirar abajo lo anterior, que es lo que van a hacer con la Selectividad, desde luego que no es la solución a los problemas educativos españoles.
    Pienso que lo único que va a hacer la nueva reforma educativa de la reválida es empeorar la situación, ya que por lo que explica la noticia, tiene toda la pinta de ser un caos total.
    La Selectividad es una prueba de acceso a la universidad mucho más objetiva y creo que no deberían eliminarla.

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