miércoles, 20 de febrero de 2013

Brutal agresión a un árbitro de 17 años.


El agresor se quedó mirando al suelo. “¿Pero qué has hecho?”, le gritaron los jugadores de Los Silos, el equipo rival, tras abalanzarse sobre él para frenar la paliza que le estaba dando al árbitro del partido, un joven de 17 años. El agresor, cuyas siglas son A.M.M., de 27 años, no respondió. Primero le había soltado un puñetazo en la cara al colegiado y después dos patadas salvajes en el costado. Héctor Giner Tarazón, el joven árbitro, ha perdido el bazo tras este ataque durante un partido de fútbol el pasado domingo en la localidad valenciana de Burjassot. La víctima está ingresada en un hospital de Valencia.

  “Está un poco mejor; ya ha podido sentarse”, explica el padre del chico, José Giner, “aunque ha perdido toda la ilusión por arbitrar. No quiere hablar de nada de lo que pasó”. La brutal agresión ocurrió durante un encuentro de Segunda Regional que enfrentaba al equipo local de Los Silos y al Mislata, conjunto en el que jugaba el detenido. El partido trascurría con normalidad. De repente, en el minuto 88, el árbitro señaló una falta, A. M. M. le insultó y, al enseñarle la tarjeta roja, le atacó con saña mientras aquel anotaba la expulsión. “Nuestros jugadores fueron a protegerlo”, cuenta el presidente de Los Silos, Vicente Contreras, “pero ya tenía todo el costado derecho amoratado”.
 “Por favor, que venga la ambulancia”, clamó Héctor. Su padre, su madre y su hermano pequeño presenciaron la agresión.“Hoy [por ayer] ya ha comido algo. Ha sonreído y nosotros también”, contó su madre, Vicenta Tarazón. 
A medianoche se presentó de forma voluntaria el agresor  en la comisaría de policía de Burjassot y fue detenido. El jugador no tiene antecedentes y está acusado de un presunto delito de lesiones. La Policía Nacional ha confirmado que se trata de un agente del cuerpo. 
                                   

Comentario:
Esta trágica noticia me provoca un sabor agridulce; un agente de policía que debería estar orientado hacia la defensa de la seguridad y a la protección de los ciudadanos resulta protagonista de un acto  brutal que denota una gran falta de respeto y educación cívica.
Me gusta pensar que las personas que desempeñan la profesión de policía, poseen valores que hacen de ellos ejemplos de tolerancia y respeto hacia los demás.
El protagonista de esta noticia nos demuestra que en todas partes hay "ovejas negras". Es una vergüenza  que tengamos que leer noticias de este tipo. Un joven de 17 años se levanta por la mañana con intención de ir creciendo como persona y por hallar un hueco en la sociedad. Forma parte del mundo del deporte aficionado, se entrega a desempeñar una labor con entusiasmo y tropieza con una persona, si es que merece tal calificativo, que pone en peligro su vida  por no saber aceptar una decisión tomada por este joven en un simple partido de fútbol.
Partido que fútbol que debería servir para que los protagonistas del mismo hagan deporte y desarrollen los valores que de su práctica se derivan, respeto, educación, superación, deportividad, etc.
Resulta que a un energúmeno, no le sienta bien una decisión y no se le ocurre otra cosa que agredir violentamente al árbitro. Siendo esto muy grave, que lo es, lo peor de todo es que el agresor debería ser un ejemplo para los demás en lo hace referencia a  su ocupación.
Evidentemente este señor merece un castigo y desde luego no merece ser policía.
Los deportes a veces por el exceso de competitividad, y en especial el fútbol, generan actitudes en sus practicantes que son totalmente reprobables y que se deben erradicar.
El ambiente que hay en el fútbol es muy hostil, parece en ocasiones que más que un deporte es una guerra y esto ocurre tanto en el campo como en las gradas donde no tienes libertad para, de una forma sana y educada, celebrar el gol de tu equipo, pues esto puede ser interpretado por el seguidor del equipo rival como una ofensa.
En definitiva, nos falta mucha educación, y civismo. Si desde pequeños recibiéramos estos valores en todos los ambientes en que nos movemos, probablemente no ocurrirían las cosas de las que estamos hablando.

María Giles.

5 comentarios:

  1. Debo decir que la noticia la conocí antes de que fuera publicada en ningún medio de comunicación porque el chico agredido es amigo de una amiga, cuando nos lo contó nos quedamos todos alucinados.

    Es una noticia bastante impactante, que puede ser muy útil para debatir dos temas bastante actuales: la violencia de ciertos policías, y las reacciones agresivas durante los partidos de fútbol.

    Odio generalizar por ello no se puede decir que todos los policías son violentos, como se viene escuchando últimamente porque no es verdad, pero cada vez más vemos cargas policiales del todo excesivas. Encontramos ejemplos en la mujer manifestante que perdió un ojo, aunque en ese caso se puede tener la excusa de que fuera un momento de descontrol, el problema es que no son sólo en esos casos. Recientemente hemos visto como pegaban a un chico de trece años, tiraban por los suelos a ancianos y arrastraban porque sí a un hombre en el metro sin haber puesto ningún tipo de actitud agresiva y ahora ésto.

    ¿Es bueno tener a una policía tan agresiva y violenta? Realmente creo que no. El policía que le ha reventado el bazo a un chico de 17 años, alega que fue la rabia del momento por ser expulsado y que estaba atravesando un momento familiar delicado. No creo que sea justificable. Por otra parte tomando su propia declaración, si hubiera estado de servicio y con un arma podría haber matado a alguien. En EEUU también vemos cargas policiales brutales, que parecen más unos torturadores que gente que implanta el orden. ¿Creéis que la policía debería hacer test psicológicos para ver el grado de violencia de sus agentes? Yo definitivamente sí.

    Por otra parte nos encontramos con las actitudes agresivas en el fútbol. Observamos actitudes totalmente antideportivas, como por ejemplo Mourinho dándole en el ojo al entrenador del Barça o ciertas faltas que por ejemplo el jugador Pepe comete, que eso ya no son faltas rojas, es que deberían ser multado por agresión. Y quizás sea ese el problema, que no sólo en el fútbol si no en más deportes, algunas actitudes excesivamente agresivas, no son llevadas ante la ley, y en cierto modo hay permisividad, esto debería cambiar.

    Espero que el chico se recupere, y que el policía ya suspendido de empleo y sueldo sea debidamente juzgado y alejado definitivamente de la policía nacional

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  2. Yo me considero un fanático del fútbol y muchas veces, por decirlo de algún modo, se me va la olla, me tomo las cosas demasiado enserio y no se ni lo que hago ni lo que digo. Ahora bien, esto esta fuera de todo fanatismo y es vergonzoso, no entiendo como alguien que esta jugando al fútbol, un simple deporte, una simple distracción, puede llegar a hacer algo así y además a un chaval de 17 años vivirá el resto de su vida con un solo brazo. ¿Qué debe pasarle ahora a este energúmeno después de lo que ha echo? ¿Es justo que dentro de poco tiempo salga de la cárcel mientral que el chaval de 17 años va a tener que vivir condicionado el resto de su vida?. Yo creo que no.

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  3. La noticia que se presente es bastante alarmante y asombrante. Parece ser que la violencia cada día está más presente en nuestras vidas. Ni siquiera se salva un partido de fútbol entre los jóvenes. Son muchos los casos de violencia que llegan a nuestros oídos, y como se está comprobando, seguirán llegando hasta que las medidas no sean más represivas.

    A veces un pequeño golpe, puede dejar en ti algo más que un simple moratón. El joven que arbitraba el partido, recibió una serie de agresiones y lo que más le ha marcado, no han sido las heridas, si no el miedo a salir a la calle, el temor de enfrentarse al mundo otra vez. De repente, las ganas de arbitrar, desaparecen. Claro, ha perdido un brazo disputando un partido, no hay que tener más razones para ello. Además, para enfatizar aún más la noticia, el agresor resultó ser un agente del cuerpo de policía. ¿En manos de quién estamos? Típica pregunta que nos hacemos todos los ciudadanos en estos tiempos que corren… ¿A dónde vamos a ir a parar?

    Muchas veces las cosas no son como a uno gustan, pero por ello, no hay que atacar al que te está haciendo un favor. Ahora, con las medidas políticas de este país, seguro que el caso no llegará muy lejos y las medidas serán leves con referencia al delito cometido. No siempre basta con un simple perdón, porque el daño ya está hecho y eso se queda para toda la vida.


    Rocío Giles Mancilla

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  5. Si realmente este país es algo más que un escenario zarzuelero donde, de manera constante, está en cartel La Verbena de La Paloma, con sus chulapos como políticos, y los palmeros como jueces de los chulapos, a este individuo le deberían de caer diez años de cárcel, pero de cárcel en celda de 18 metros cuadrados con un jergón una letrina y la comida servida por debajo de la reja, con un par de horas de paseo vigilado por el patio.

    Además, claro está, de que la licencia de policía debería retirársele ipso-facto, pues un sujeto de esta catadura con un arma y un uniforme de policía es más peligroso que un chimpance con una navaja barbera saltando por un vagón de metro en hora punta. Pero, como este es un país donde el logro más grande ha sido el descubrimiento de el bocadillo de calamares y la ética más respetable es la de dar un trago de tintorro con pedo y eructo posteriores, este tipo seguirá de policia y en libertad por cualquier eximente que se invente el juez de turno, y aquí paz y después gloria. Y, el pobre chaval, que hacia de arbitro amateur con el bazo a tomar por retambufa.

    Un personaje que hace eso practicando un deporte, no quiero pensar en el desarrollo de su profesión..... Darle una paliza a un chaval de 17 años, por mucha razón que le amparé, con un acto así, pierde todas las razones. País de cafres.

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