jueves, 28 de febrero de 2013

Carolina Herrera, gran luchadora y ejemplo a seguir.

Dicen que << no hay mayor fuerza de voluntad que la voluntad humana>>. Es la historia de superación personal de esta joven deportista tomareña, Carolina, que a pesar de su discapacidad, ha conseguido a base de mucho esfuerzo, voluntad y muchas ganas de aprender, junto con la ayuda incondicional de sus excepcionales padres, que nunca se rindieron ante las dificultades y siempre le trasfirieron confianza en sí misma, ser autosuficiente y llevar una vida prácticamente normal.

A sus 38 años, Carolina lo ha conseguido casi todo en la vida. Es una chica <<responsable, metódica y con unas ganas de aprender tremendas >>, explican sus padres. Unas cualidades que le han llevado a trabajar en el prestigioso Alfonso XIII de Sevilla, donde le han hecho un contrato indefinido.

Desde pequeñita aprendió a nadar perfectamente y a jugar al tenis, un deporte que practica con tan buen nivel que incluso fue medalla de plata de tenis en el Campeonato Internacional de Special Olimpics celebrado en Inglaterra, un viaje que hizo ella sola en avión, ya que sus padres siempre se han esforzado en conseguir que sea una persona autónoma.

<< Y, aunque no ha costado mucho quitarnos los miedos como padres a que le pase algo, siempre le hemos trasmitido que ella era capaz de hacer lo que se propusiera, a pesar de ser conscientes de sus dificultades>.



Sin duda, una gran luchadora y todo un ejemplo de superación a seguir por todos. 

Solo con decirle a una persona que no va a ser capaz, ya la estás condenando desde el principio, sin ni siquiera darle una oportunidad.

Amarrados a su hija no iban a hacer nada. Esto es lo que, por miedo, suelen hacer  muchos de los padres que tienen un hijo con alguna discapacidad, algo que deben evitar, pues en Carolina está la prueba de que se puede, lo cual es una tranquilidad para sus padres cuando ya no estén.

Admiro a sus padres por  haber tenido la valentía y la firmeza de haberles enseñado a su hija desde pequeña a que aprendiera a valerse por sí sola. Se han convertido en un eslabón fundamental en su autonomía.

Por último decir que, gracias a personas como Carolina hacemos que otra personas discapacitadas se animen y vivan la vida tal y como se merecen, superándose a ello mimo y dando lecciones a lo demás.


María Giles.

1 comentario:

  1. Ole, ole y ole. Un aplauso por aquellas personas que a pesar de sus deficiencias siguen luchando cada día de su vida por conseguir un mérito más y siguen caminando para hacer frente a todo lo que se les presente en la vida. Es admirable el entusiasmo de esta mujer.

    Hay que tener valentía para hacer todo lo que ha hecho esta chica para llegar a la posición en la que se encuentra. En muchos casos, donde hay un hijo que presenta alguna deficiencia mental o algún tipo de discapacidad, son los propios padres los que intentan protegerlos, tratándolos como si no pudieran valerse por sí solos, y no se dan cuenta de que la verdadera medicina es dejar que sean autónomos, prestándoles la ayuda necesaria. De esta forma, serán ellos mismos los que decidan poner en marcha sus propios objetivos, como es el caso de Carmen, una chica que quiso dedicarse al deporte y mira ahora todo lo que ha conseguido y lo que le queda por conseguir.

    Hay que destacar también la actitud positiva de sus padres, que desde el principio quisieron que su hija aprendiera a valerse por sí sola, y ejerciera nuevas actividades y experiencias. Lo mejor que te puede dar un padre, es su apoyo. El hecho de que estará contigo en los momentos en los que falles y que también estará para levantarte la mano cuando ganes uno de esos trofeos que tanto buscaste y deseaste, no nada mejor que ello.

    Por último, decir que personas como Carolina, son un ejemplo a seguir y dan muestra de que el que algo quiere algo le cuesta, pero siempre obtendrá un resultado que satisfaga todo su esfuerzo.

    Rocío Giles Mancilla

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