Venezuela no está pasando por tiempos fáciles. Chávez lleva ya tiempo muerto, pero el chavismo se niega a desaparecer, y aunque el líder del movimiento ya no los diriga, su sucesor, Maduro está dispuesto a hacer lo que sea por seguir en el poder.
Aunque se finjiera una democracia, con Chávez lo que existía era una dictadura militar populista. En esta nueva etapa parece que ha habido cierto descontrol y no se ha podido mantener la apariencia de total devoción por el líder. Actualmente existe una fuerte oposición guiada por Henrique Capriles, que ha peleado duro estas elecciones. Y los resultados han sido más que discutidos.
Los venezolanos están divididos. Por una parte están los seguidores fieles al chavismo sin Chávez y por otro lado los que quieren que de una vez las cosas cambien. Capriles acusó al Gobierno de falta de información relacionada con la muerte de Chávez y engaños respecto al día de su muerte. También se duda de que el ataúd que portaron por las calles, llevase realmente dentro el cadáver. Las campañas electorales han movilizado a toda la población y las discrepancias han sido más que notables.
Los resultados ya se tienen . Por 300.000 votos Nicolás Maduro parecía ser el vencedor, pero se denuncian 3.000 irregularidades en las votaciones y en el recuento de votos. La oposición no se iba a quedar de manos cruzadas ante esta situación po lo que se exigió un recuento de votos y una revisión. En un principio Maduro aceptó pero parece ser que no tenía tan claro de poder falsificar las cosas dos veces y hoy mismo se ha autoproclamado Presidente de Venezuela. La oposición lo considera de ilegal y precipitada y ha creado crispación entre la población, creándose manifestaciones.
A el resto de los países esta situación les resulta bastante incómoda. Genera incertidumbre la capacidad de Maduro para gobernar en estas condiciones un país que atraviesa una complicadísima situación económica. “No podrá gobernar como si no hubiera pasado nada contra la mitad del país. Tiene que entablar un diálogo urgente con la oposición y abrirse a la inversión privada. Es un presidente muy débil y debe dar un cambio radical. Aferrarse al radicalismo sería un desastre”, afirma Armando Durán, exembajador en España. Tras estas declaraciones Maduro ha lanzado su amenaza a todos aquellos países que no le apoyen en su nuevo cargo, tomándo reprasalias políticas y económicas, una vez más ese tira y afloja que no beneficia a nadie.
¿No creis que Venezuela se merece de una vez por todas una verdadera democracia que respete la decisión de sus ciudadanos y que cambie la situación en la que se encuentra el país? El problema de verdad sucederá cuando si no se soluciona el limbo político en el que se encuentra Venezuela, la población se radicalice y se llegue a la violencia. Estemos alerta.
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